miércoles, 22 de agosto de 2012


 BA-LON-CES-TO. 'El ritmo de la cancha'
En Carne Cruda - RNE Radio3

 

 
Un programa donde se habló de música, de baloncesto, como en el libro 'El ritmo de la cancha'. Trece historias alrededor del baloncesto para hablar de historia, política, compromiso y solidaridad "No es un tour por el baloncesto convencional, de puntos y rebotes, ni de nombres oxidados o estereotipos agotados. Es un libro de historias de todos los baloncestos y, sobre todo, de sus personajes. “Habla de personas que superaron dificultades por la mera voluntad de practicar algo que les produce diversión”, resume el autor. No es, por lo tanto, otra cosa que historias de vida, sensaciones y sentimientos comunes en mundos aparentemente disonantes, nacidas de la inquietud o de experiencias personales"




martes, 14 de agosto de 2012

EUROGACETA

‘El ritmo de la cancha': de los Juegos nazis de Berlín al ‘Tea Party’ de Londres

Necesito más caracteres de los que me otorga Twitter y razonablemente Facebook para recomendar como Dios manda un libro que cayó en mis manos, fruto de un regalo de una persona que comparte con servidor las dos pasiones sobre las que pivota el libro en cuestión: baloncesto y periodismo, y que no es otro que: ‘El ritmo de la cancha’, historias del mundo alrededor del baloncesto’. El autor es el periodista Jacobo Rivero, con prólogo de José Ajero y Ángel Goñi, editado hace solo un par de meses por ‘Clave Intelectual’. Con suma exquisitez, Jacobo utiliza el hilo conductor de trece historias de baloncesto para hablar de historia, política, compromiso y solidaridad. La lectura ha coincidido precisamente con los Juegos de Londres y con esa flamante plata lograda ante los Estados Unidos, y curiosamente el libro de Jacobo arranca explicando la mentira que fueron los Juegos nazis de Berlín en 1936 y como un siniestro dirigente estadounidense (Avery Brundage) embaucó a jugadores y técnicos para participar en aquella pantomima de propaganda nazi. Siguiendo aquel esperpento estuvo el propio Naismith (inventor del baloncesto). Atletas de raza negra como Jesse Owens o jugadores judíos de aquella selección de baloncesto como Sam Balter no fueron precisamente tratados con cariño en aquel ambiente hostil del Berlín de 1936, ni tampoco a la vuelta en su propio país que tardó en entender lo que Hitler estaba maquinando en Alemania.